viernes, 2 de octubre de 2009

Justicia laboral- Carta al Mercurio

Señor Director:
A propósito del éxito de la reforma de la justicia laboral, una lectora se queja de que se proteja al trabajador y sus derechos fundamentales como parte débil, y llama a poner atención respecto de lo que llama “la primera potencia mundial” donde ello no ocurriría.Como no lo dice abiertamente, entiendo que se refiere a Estados Unidos. Pues bien, le recomiendo a la señora Muller que lea la abundante y sofisticada jurisprudencia norteamericana sobre discriminación laboral y atentados contra derechos fundamentales de los trabajadores.
Desde la Corte Suprema hacia abajo en el sistema judicial norteamericano se ha construido la noción —nada más ni nada menos— de discriminación laboral indirecta o por impacto adverso (Griggs v. Duke Power Co., 1971), sin mencionar las leyes que protegen a los trabajadores por cuestiones tales como la edad o el peso.
Precisamente por este tipo de cuestiones —proteger a los trabajadores y sus derechos fundamentales— es que la recién designada jueza de la Corte Suprema Sonia Sotomayor se vio envuelta en un debate sobre discriminación laboral en el caso de la Compañía de Bomberos de New Haven. En ese caso, la Corte Suprema acaba de fallar que había discriminación laboral contra los bomberos blancos.Como se ve, las cosas no son como siempre nos las contaron.

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