viernes, 9 de octubre de 2009

Izquierda. De Cuadernos -el blog de Saramago-


Otras veces me he preguntado dónde está la izquierda, y hoy tengo la respuesta: por ahí, humillada, contando los míseros votos recogidos y buscando explicaciones al hecho de ser tan pocos.

Lo que llegó a ser, en el pasado, una de las mayores esperanzas de la humanidad, capaz de movilizar voluntades simplemente apelando a lo que de mejor caracteriza la especie humana, y que creó, con el paso del tiempo, los cambios sociales y los errores propios, sus propias perversiones internas, cada día más lejos de las promesas primeras, asemejándose más y más a los adversarios y a los enemigos, como si esa fuese la única manera de hacerse aceptar, acabó cayendo en meras simulaciones, en las que conceptos de otras épocas fueron utilizados para justificar actos que esos mismos conceptos habían combatido.

Al deslizarse progresivamente hacia el centro, movimiento proclamado por sus promotores como demostración de una genialidad táctica y de una modernidad imparable, la izquierda parece no haber comprendido que se estaba aproximando a la derecha.

Si, pese a todo, fuera todavía capaz de aprender una lección, ésta que acaba de recibir viendo a la derecha pasarle por delante en toda Europa, tendrá que interrogarse acerca de las causas profundas del distanciamiento indiferente de sus fuentes naturales de influencia, los pobres, los necesitados, y también los soñadores, que siguen confiando en lo que resta de sus propuestas. No es posible votar a la izquierda si la izquierda ha dejado de existir.

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