jueves, 17 de febrero de 2011

Bielsa y los patrones - El Mostrador 09.02.11


Si Bielsa hubiera sido un chileno más, con un trabajo común y corriente, habría sido, que duda cabe, un desadaptado. De seguro, no habría logrado nunca ser el empleado del mes.


De hecho, quizás ni siquiera hubiera pasado los test sicológicos que abundan en las empresas chilenas, que buscan detectar a sujetos peligrosos, especialmente a locos y sindicalistas.

No es difícil imaginarse a Bielsa –un hombre de izquierda y de ideas refinadas- intentando formar un sindicato e intentando discutir y resistir las decisiones de sus jefes, normalmente UDIs de ideas gruesas y mucho dinero.

De seguro, habría estado liderando la huelga de más de 39 días de los trabajadores de la empresa PISA S.A –de propiedad de Ruiz Tagle, el subsecretario de Deportes- para obtener mejores derechos laborales.

Y en ese caso, Bielsa habría corrido la misma suerte que ahora. Despedido u obligado a renunciar, que es más o menos lo mismo.

Y es que bien mirada las cosas, Bielsa se topó con los mismos jefes que le hubieran tocado de haber sido un trabajador chileno más. Y en la empresa chilena –como ahora en la ANFP- esos jefes no admiten disidencias ni discusiones.

No me refiero, por supuesto, a Jadue – el mandado de turno-. Hablamos de los verdaderos dueños: Ruiz Tagle, Valdés, Yuraszeck, etc.

Ellos, los patrones, al final cobraron su cuenta. Bielsa escogió bien sus palabras. Dijo, con evidente dejo de desprecio, que el verdadero problema eran los “concesionarios” de los tres clubes más grandes del fútbol en Chile.

¿Debe sorprendernos que esa elite empresarial –nuestros patroncitos-, acostumbrada a hacer y deshacer con sus empresas y sus trabajadores, pretenda hacer lo mismo con su nuevo fundo que es el fútbol? En absoluto.

Esa elite empresarial esta vez, simplemente se topó con un problema adicional, que le hizo perder algo de tiempo y que le costó varios puntos de popularidad a su excelencia: no se trataba ni de sus empresas de siempre –disciplinadas y productivas-, ni de sus trabajadores de siempre –débiles y mal organizados-, sino del deporte más popular del país.

Y de Bielsa, por supuesto, es un trabajador sin temor alimentario.

Por ello, tuvieron, al menos por un rato, que contener la ira y las ganas de poner rápidamente en la calle a este extraño indisciplinado que se atrevió a no inclinarse ante el jefe de jefes.

Pero esa contención –a la que no están acostumbrados en sus empresas- duró sólo un rato. Después se hizo su voluntad.

Es que el fútbol ya no es cuestión de sentimientos ni menos de democracia. Es cuestión de negocios y de empresas. Eso tipo de lugares comunes lo entendemos todos.

Lo nuevo y lo propiamente chileno es que ahora también es cuestión de patrones. De los pocos de siempre obviamente.

sábado, 5 de febrero de 2011

Que tal?. Carta a la Tercera de la Asociación de Supermercados 03.02.11

Señor director:

Hoy, más de 24.000 jóvenes apoyan el empaque de los clientes en los supermercados del país. Son estudiantes que han encontrado en esta actividad una alternativa para tener ingresos adicionales, contribuyendo así a su hogar, al pago de sus carreras o a sus gastos personales. Las razones que sustentan esta actividad radican en que se trata de una alternativa flexible y de jornadas breves. Así, este servicio entrega una oportunidad a jóvenes que tienen pocas alternativas de ingresos y que no interfiere con sus horarios estudiantiles.

Transitar hacia un modelo de contrato formal podría significar el fin de esta figura. Un modelo rígido, con horarios y obligaciones propias de un contrato, podría desincentivar a los estudiantes, pues se expondrían a perder beneficios como ser cargas de salud de sus padres o posibles becas de estudios.

Entonces, como propusimos al Ministerio del Trabajo, estamos a favor de generar un modelo similar al de los alumnos en práctica, que incluya un seguro contra accidentes por parte del supermercado y alianzas con establecimientos educacionales.

Es importante consignar que, actualmente, la relación de los estudiantes es directa con quienes organizan sus actividades y que ningún supermercado cobra nada a dichas organizaciones ni mucho menos a los mismos empaquetadores. Por esto, destaco la importancia de legislar responsablemente, considerando las consecuencias que pueden tener los efectos de cambios legales.

Susana Carey Claro
Presidenta Supermercados de Chile A.G.