domingo, 31 de mayo de 2009

Una pieza de colección: la editorial del Mercurio sobre la visita de la CUT a la Corte Suprema (30.05.09)

Altos dirigentes sindicales —incluido el presidente de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), Arturo Martínez— se reunieron con el presidente de la Corte Suprema para manifestarle su preocupación por lo que, a su juicio, serían votos habituales contra los intereses de los trabajadores por parte del ministro Patricio Valdés, de la cuarta sala del máximo tribunal. Dicha visita contó con el apoyo expreso de la ministra del Trabajo, Claudia Serrano. Toda esta situación es un tanto inusual y cabe al respecto cierta preocupación.
Desde luego, como toda sala de la Corte Suprema, también la cuarta debe estar integrada por cinco miembros —tres de los cuales, cuando menos, deben ser ministros titulares— y sus decisiones se adoptan por mayoría. Luego, un ministro no es capaz de forjar una decisión judicial por sí solo, y si lo que se insinúa o presume es que ese ministro tiene tal ascendiente sobre los demás integrantes que, en la práctica, termina fallando él, lo institucionalmente procedente sería más bien que el reproche se dirigiera contra los restantes y no contra aquél. Desde esta perspectiva, la inquietud por el referido ministro Valdés sería, en realidad, una molestia por las decisiones de la cuarta sala.
Por otra parte, al salir de esa reunión los dirigentes sindicales pusieron en tela de juicio la independencia del Poder Judicial, por tener entre sus miembros a un ex funcionario de la Sofofa (dicho ministro lo fue a fines de la década de 1970). Al respecto, resulta llamativo que eso no haya sido óbice para su reconocido desempeño por largos años como abogado integrante del Poder Judicial, habiendo conocido muchas veces de causas laborales.
Además, es extraño que se afirme esta falta de independencia en el marco de una entrevista en la que se pretendió, precisamente, hacer presentes los intereses de los trabajadores ante el presidente del máximo tribunal. Porque bien podría interpretarse que esa aspiración de tales dirigentes constituyó una afectación de esa misma independencia que dijeron defender.
Por otra parte, esta crítica se formula cuando los resultados de la nueva justicia laboral arrojan un porcentaje de más del 95 por ciento de sus fallos a favor de los trabajadores. Si a esa tasa tan obviamente anómala se agrega una objeción gremial cuando la Corte Suprema rectifica algunas de esas sentencias, parecería que ciertos sectores desean contar con un Poder Judicial que sea simplemente un trámite burocrático para satisfacer las aspiraciones de los demandantes, y no con una sede que imparte justicia igual para todas las partes.

jueves, 28 de mayo de 2009

Acusan a juez de la Suprema de fallar contra trabajadores - La Nacion 28.05


Dirigentes del comercio y líder de la CUT se reunieron con presidente del máximo tribunal

El aludido es el titular de la Cuarta Sala, Patricio Valdés, quien fue gerente general de la Sofofa en dictadura. Plantea que sus decisiones no tienen relación con su paso por la entidad gremial y que la instancia la componen otros cuatro magistrados.
Por más de media hora el presidente de la Corte Suprema, Urbano Marín, recibió en su oficina a los dirigentes del comercio junto al líder de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), Arturo Martínez.
El objetivo era, entre otras cosas, denunciar que en "reiteradas" oportunidades la Cuarta Sala de ese Tribunal ha fallado en contra de los trabajadores y apuntan directamente al ministro Patricio Valdés como uno de los principales responsables del accionar de dicha instancia.
A la salida del encuentro, Martínez dijo que además de tener aprensiones respecto de esas sentencias, le preocupa porque es la única sala que ve temas laborales.
"Hay un ministro que es un señor Valdés que fue abogado de la Sofofa. La tendencia de él es votar siempre igual, siempre es en contra de los trabajadores", advirtió.
Lo cierto es que el presidente de la multisindical hace alusión al cargo de gerente general del gremio empresarial que entre los años 1975 y 1979 ocupó Valdés, situación que para Leandro Cortez, secretario general de la Confederación de Trabajadores del Comercio (Consfecove), no cumple con los objetivos de un poder judicial imparcial e independiente.
Contó que como ejemplo -le expresó a Marín- "sería bueno tener a Arturo Martínez como ministro para que la balanza sea más equilibrada".
LOS FALLOS
Uno de los tópicos que más inquieta a los trabajadores es que los fallos van marcando jurisprudencia y que no importa que sea sólo uno, porque ése se puede convertir en cien.
Cortez detalló que por muchos años la colación y movilización era considerada en la base de cálculo de la indemnización por años de servicio, pero que "con los fallos que hoy se están emitiendo -a través de este personaje- se están dejando excluidos estos conceptos de la indemnización".
"TAN TRABAJADOR COMO ELLOS"
El propio Valdés se defendió de cada una de las acusaciones y aclaró que "no soy representante de nadie", por la relación que se le establece con el empresariado y que él es "tan trabajador como ellos", en referencia a quienes lo apuntan.
Sobre su supuesta influencia en las decisiones de los otros cuatro ministros de la sala, recalcó que "es una falta de respecto" contra éstos y comentó que ha compartido sala con el propio presidente de la Corte Suprema y con Marcos Libedinsky, entre otros.
"Yo fallo de acuerdo a los conocimientos que tengo, interpreto la ley como yo creo que debe interpretarse, porque mi misión aquí es hacer justicia dentro del derecho, no me puedo apartar de eso. Lamento que, a veces, algún trabajador se pueda sentir agraviado por una sentencia, pero resulta que puede ser porque no hayan interpuesto bien el recurso o cualquier circunstancia. También se podrán sentir agraviados los empleadores cuando pierden. Siempre, en un juicio es muy difícil que queden todos contentos", explicó el también jefe de la Unidad Laboral de la Reforma Laboral de la Corte.
INTERESES
En su declaración patrimonial de 2006, año en que comenzó a ejercer como ministro de la Suprema, figura con acciones, entre las que destacan CMPC por $6 millones 600 mil y la Compañía de Aceros del Pacifico (CAP) por $3 millones.
Para Valdés éstos son porcentajes mínimos y no lo inhabilita para cumplir con sus funciones. "A lo mejor ellos (los trabajadores) tienen, a través de sus AFP, muchas más acciones que las que tengo yo", concluyó.

miércoles, 27 de mayo de 2009

A que esta noticia no sale en el Mercurio. "El Banco Mundial dio un giro y pide proteger a los trabajadores" Clarin Argentina


Por el impacto de la crisis internacional, el Banco Mundial decidió cambiar los criterios sobre un indicador laboral clave que tiene en cuenta para elaborar un ranking de los países en los cuales las empresas encuentran mejores condiciones para invertir.Hasta este año el criterio fue mejorar la calificación a los países que tienen los mercados laborales más desregulados y flexibles. Esto podría significar -entre otras cosas- más facilidades para despedir, cambiar condiciones laborales o renegociar salarios.

Pero a partir de ahora el BM decidió otorgar mejor puntuación a los países que tienen leyes que protegen más a los trabajadores.La decisión representa un importante giro ideológico en el Banco Mundial, que golpea una política que había sido una especie de dogma de los años 90 y que en la Argentina tenía, y todavía tiene, muchos seguidores.Porque durante décadas el ranking "Haciendo negocios" (Doing Business, es el nombre original en inglés de este relevamiento) responsabilizaba a la leyes laborales rígidas por la falta de inversiones. Y ubicaba a la Argentina con un puntaje desfavorable por el costo de despedir o por la inflexibilidad de los horarios de trabajo.Ahora, el giro se impuso porque los Gobiernos y sus respectivos bancos centrales están concentrados en atenuar el impacto de la crisis global: se dedican a inyectar fondos para intervenir y hasta rescatar bancos, empresas y ramas enteras de la economía en lugar de dejar actuar al "libre mercado" como ocurría en otras épocas. Y este fuerte "intervencionismo" no deja margen para seguir con la prédica del trabajo flexible y desregulado.El Indicador Empleo de Trabajadores (EWI, por sus siglas en inglés) forma parte del ranking que determina dónde es mejor y más fácil concretar inversiones.

Para medirlo el Banco Mundial consideraba la flexibilidad de las regulaciones laborales, como la dificultad en la contratación de nuevos trabajadores, la rigidez de los horarios de trabajo, el costo no salarial de contratar un trabajador y las dificultades y costos de los despidos.Así, por ejemplo, donde más fácil y más barato era despedir a un trabajador, el país recibía una mejor calificación para este ranking. Con estos criterios se elaboró el último informe, correspondiente a 2009.

Ahora, el cambio de rumbo quedó registrado en un documento de revisión del Indicador laboral para el informe de 2010. En ese texto el Banco Mundial aclara que el EWI "no representa la política del Banco y no debe ser usado como base para aconsejar a los gobiernos o ser citado en documentos que describan la estrategia de desarrollo de ningún país".Además, la entidad adelanta que creará un grupo de trabajo con representantes de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), sindicatos, entidades empresarias, académicos y expertos legales, para impulsar la elaboración de un Indicador de Protección al Trabajador" (WPI, por sus siglas en inglés), que tomará en cuenta "cómo los países utilizan las leyes, regulaciones y otros instrumentos para asegurar a los trabajadores una adecuada protección, incluyendo el desempleo".

domingo, 17 de mayo de 2009

!!Tu sudor nos va a enriquecer!! A reirse un rato del engrendro de las ETT - o nuestras EST-

Interponen acción laboral contra El Mercurio de Valparaíso- El Ciudadano


El Sindicato número uno de trabajadores del periódico El Mercurio de Valparaíso interpuso una acción de tutela laboral, por vulneración de sus derechos fundamentales en el marco de su proceso de negociación colectiva, el recurso contra la empresa busca impedir nuevas prácticas antisindicales.
La presentación fue realizada ante los tribunales laborales, debido a una serie de prácticas contra los sindicatos realizadas por la firma El Mercurio de Valparaíso, en el marco de su negociación colectiva, que se iniciara el día 3 de abril.
Durante la negociación colectiva, los sindicatos Nº1 de trabajadores y Nº2 de periodistas de El Mercurio de Valparaíso, adhirieron a una marcha convocada por la Central Unitaria de Trabajadores CUT, hecho por el cual la firma los amenazó con despidos una vez terminado el fuero de la negociación.
Mauricio Cifuentes, del Sindicato Número 1 de la firma, acusa que “la empresa ha estado advirtiendo a los trabajadores respecto de su participación en esta marcha. Les dijeron que iban a ser fotografiados y grabados y una vez que terminara el fuero de enfriamiento de la negociación colectiva se tomarán acciones contra ellos y estas declaraciones hechas por directivos de la empresa”. La acción busca que estos hechos no queden impunes estos hechos.
De hecho el día jueves 16 de abril, mientras los sindicatos de El Mercurio de Valparaíso marchaban por las calles, la jefatura del diario, encabezada por su director, Juan Pablo Toro, tomaron fotos de los dirigentes y trabajadores que se sumaron a la movilización.
Además lo hicieron el jefe de recursos humanos y el jefe de la unidad de administración de avisos de la firma, los ejecutivos vigilaron controlaron y tomaron nota de los nombres de los trabajadores que salieron a participar de la marcha.
La abogada patrocinante Carolina Tagle, de la Corporación Interés Público, señaló cuáles fueron las violaciones a los derechos fundamentales de los trabajadores que cometió El Mercurio de Valparaíso al cometer esta acción de registro a sus sindicatos durante la marcha de la CUT.
“Aquí se han violado tres derechos en específico, la libertad de expresión, a reunión y a la no discriminación por conductas sindicales y políticas porque la conducta que ha realizado la empresa en la materia ha sido absolutamente desproporcionada e ilegal”, sentenció Carolina Tagle.
La tutela laboral, presentada solamente por el Sindicato Nº1 de trabajadores, tiene por objetivo cautelar y solicitar la protección de los derechos laborales de los empleados del Mercurio de Valparaíso, cuando finalicen los períodos legales de fuero considerados en el proceso de negociación colectiva.
En este proceso, ambos sindicatos llegaron a un acuerdo con la firma, lo que les permitió obtener un bono de término de conflicto, implementar un sistema de retiro voluntario para las mayores antigüedades, asesoría previsional, mejoras en infraestructura de bienestar y fondos para capacitación.
por Ricardo Salazar
El Ciudadano

viernes, 1 de mayo de 2009

Por fin, hay libro.


A pesar de diversas predicciones en sentido contrario, ya acaba de salir publicado por Legal Publishing el libro "Tutela de Derechos Fundamentales del Trabajador".
El precio parece módico para tan magna obra, aunque recuerden que, conociendo a la citada editorial, luego estará a mitad de precio, y luego a un 1/4, y luego a un 1/8 del precio.
Les pido desde ya que no maten la cultura -y mis derechos de autor- y no lo fotocopien.
Regalaré un ejemplar entre los que posteen.
Si quieres concursar , deja tu nombre, oficio u profesion.

El plan laboral y viente años de democracía: no es lugar para trabajadores. Columna The Clinic 1 Mayo


En materias laborales tuvimos nuestro propio Jaime Guzmán. Allí donde el mentor del gremialismo, inventaba todo tipo de engranajes –sistema binominal, leyes orgánicas constitucionales, senadores designados, etc- para que una minoría retuviera el poder a toda costa, en materia laboral otro hacia parecido “trabajito”: se inventaba los grupos negociadores, los reemplazantes en la huelga, híper-regulaba la negociación colectiva, etc.
No era ni gris ni ascético como Guzmán, pero presto idénticos servicios a la dictadura y a la elite empresarial chilena: invento un tinglado normativo e institucional que hace prácticamente imposible la organización de los trabajadores y la negociación colectiva en condiciones de eficacia y de igualdad con sus empleadores. Y hay que felicita a Pinera – José, el hermano-por su trabajo: a veinte años de terminada la dictadura, ese tinglado – conocido como el plan laboral- se mantiene perfectamente vigente.
Y aunque eran muy distintos, tenían la misma obsesión política: que la democracia – para Guzmán- y que la empresa –para Piñera- fueran lo más parecido a una reunión de cantón militar entre el sargento y sus soldados. Nada de discutir, nada de organizarse. A trabajar y punto.
Sobre ese radical temor al disenso social y al conflicto laboral se diseño un conjunto de leyes –D.L 2.756 y D.L 2.758 de 1979-que popularmente conocidas como el plan laboral regulan hasta hoy el fenómeno laboral más importante en cualquier sociedad democrática: como se organizan y negocian sus trabajadores.
¿Y qué tiene de tan malo el mentado plan laboral?
Primero, busca desincentivar la formación de sindicatos, para lo cual establece un competidor dentro de la empresa que es el denominado grupo negociador (coalición transitoria de trabajadores), que salvo contados excepciones, han sido funcionales a los empleadores.
Segundo, fija a sangre y fuego como nivel de negociación colectiva el ámbito de la empresa. A diferencia, cabe apuntarlo, de gran parte del mundo desarrollado donde el nivel donde se producirá la negociación colectiva es de elección de los trabajadores, como ocurre en países tan democráticos y tan poco sospechosos como Finlandia, Dinamarca o Suecia.
Tercero, se establece el régimen legal más restrictivo de la huelga en un país democrático occidental. En efecto, en Chile prácticamente todos las manifestaciones de la huelga aceptadas internacionalmente son ilegales tales como la huelgas de solidaridad, huelgas profesionales, huelgas generales, etc.
La única que se admite es la que se da dentro del reguladisimo proceso de negociación de empresa y como si fuera poco se permite al empleador reemplazar a los huelguistas desde el primer día de la huelga.
¿Resultado de este pandemónium pinochetista? .Uno de los niveles más bajos de negociación colectiva del mundo: 6 por ciento de los trabajadores, a diferencia del mundo desarrollado donde alcanza el 60 por ciento.
No nos engañemos en todo caso. Salvo Andrade, todos los gobierno de la concertación y sus respectivos ministros de trabajo se pusieron, como diría Markarian, “extrañamente nerviosos” para intentar reformar el plan laboral.
Extraña e inexplicable falta de coraje la de los últimos gobiernos de la concertación. Si hasta la OCDE – que no es precisamente una ONG de izquierda- en su celebrado informe –del que los empresarios y sus expertos leyeron solo las páginas de flexibilidad laboral- recomendó "promover las negociaciones colectivas y crear un ambiente más limpio y menos confrontaciones para el diálogo social".
Quizás sólo quede constatar, con resignación, que nuestra democracia no es lugar para trabajadores.